Notas

viernes, 10 de junio de 2011

Estrés y Sexualidad

El ajetreado estilo de vida que caracteriza del siglo XXI es estresante, y una gran cantidad de personas padecen las consecuencias del exceso del estrés, a pesar que está demostrado  que estas situaciones enferman y traen entre otros problemas de salud disfunciones sexuales.
Elvin Ferrer, doctor en Ciencias Médicas, explica que  la eyaculación precoz, prematura o rápida, es el trastorno sexual más común entre los hombres, el cual puede producir un importante impacto psicológico entre quienes lo padecen, afectando su autoestima, pues suelen tener un sentimiento de temor, y llegar incluso a evitar mantener relaciones sexuales. 

“Este  es  un  problema de tipo sexual importante; en diferentes estudios más del 40% de los varones de 18 a 59 años ha experimentado eyaculación precoz alguna vez; esta proporción ha  registrado un incremento importante en los últimos  años como consecuencia del aumento de las situaciones de estrés y de autoexigencia en la sociedad actual”.

El especialista asegura que a pesar de tratarse de una enfermedad reconocida tanto por la Sociedad Europea de Medicina Sexual (ESSM), la Asociación Americana de Urología (AUA),  la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), la Asociación  Internacional de Medicina Sexual (ISSM) y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), la eyaculación precoz sigue siendo un trastorno Infra diagnosticado e Infra tratado.

“Esto obedece a que muchos varones no buscan tratamiento médico por la vergüenza y  el   estigma   asociados  a  la  eyaculación precoz, porque desconocen lo frecuente y tratable que es  su trastorno  o porque no quieren hablar de temas  sexuales con su médico.  Esta  situación  empeora por la  dificultad que tienen  muchos médicos para entablar conversaciones con sus pacientes acerca de su salud sexual”.

No obstante, destaca que en el mercado existen algunos tratamientos para esta disfunción, siendo el más novedoso un medicamento oral específicamente desarrollado para tratar esta patología en varones de 18 a 64 años.

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