Una de las nuevas enfermedades profesionales que afectan al capital humano de las organizaciones es el Síndrome de Burnout o de desgaste profesional. Un cada vez mayor porcentaje de trabajadores en el mundo comienzan a sentir sus efectos y esto se traduce en un nuevo problema para las empresas.
Angel Núñez, médico ocupacional, explica que este síndrome puede considerarse como la fase avanzada del estrés profesional, la cual se produce cuando se registra un desequilibrio entre las expectativas en el ámbito profesional y la realidad del trabajo diario de la persona.
Los síntomas que afectan al trabajador en el inicio de esta enfermedad pueden reconocerse en varias etapas, cuyas características fundamentales son el exceso de trabajo, sobreesfuerzo que lleva a estados de ansiedad y fatiga, desmoralización y pérdida de ilusión, y pérdida de vocación, decepción de los valores hacia los superiores.
Consultado sobre las causas de esta afección, Núñez explica que los desafíos del nuevo milenio, con sus vertiginosos avances y cambios, entre los que se cuenta la tecnología, la globalización y la información han obligado a las personas a dar acelerados pasos para adaptarse a estas nuevas tendencias.
“Esta situación ha resultado en que un gran número de trabajadores perciban que sus recursos y competencias son insuficientes, o que los cambios excedan y sobrepasen sus capacidades adaptativas, ocasionando cambios psicológicos y fisiológicos que pueden afectar seriamente su salud”.
El especialista propone que quienes están al frente de las organizaciones deben trazar estrategias de abordaje desde perspectivas creativas e integradoras, partiendo de intervenciones adecuadas a las variables que causan el sufrimiento laboral, que se convierten limitaciones de las potencialidades y riquezas personales de quienes trabajan en ellas.
Síntomas
Psicosomáticos: fatiga crónica, trastornos del sueño, úlceras y desórdenes gástricos, tensión muscular, dolor de cabeza.
De conducta: ausentismo laboral, adicciones (tabaco, alcohol, drogas)
Emocionales: irritabilidad, incapacidad de concentración, distanciamiento afectivo.
Laborales: menor capacidad en el trabajo, acciones hostiles, conflictos.
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